Hablemos de palitos y bolitas

Hablemos de palitos y bolitas

Los seres humanos estamos cableados visualmente, nuestro cerebro está estratégicamente diseñado para reconocer formas básicas, a cada elemento o forma se le asigna un significado y ese significado se suma a otro y así sucesivamente, esto en milésimas de segundo. Existen nodos de neuronas que detectan puntos, nodos que detectan líneas (verticales y horizontales) y nodos que detectan círculos, de manera natural tendemos a agrupar las cosas que vemos a lo largo del mundo en estas figuras que nos hacen sentido y estas características de nuestra mente pueden ser usadas como herramientas en la creación o interpretación de mensajes que se transmitan de manera visual.

A grandes rasgos podemos dividir visualmente las cosas en tres tipos básicos, puntos, líneas y figuras.

El punto es la forma más simple que se puede dibujar, es algo así como el átomo de la comunicación visual, en un espacio determinado el punto demanda nuestra atención (sobre todo si no existe nada más), si ponemos dos puntos juntos, uno al lado del otro sobre una línea horizontal imaginaria se genera un foco de atención, si sumamos un punto adicional de manera equidistante al lado de alguno de los puntos ya existentes se comienza a distinguir una línea, si ese tercer punto lo colocamos de manera equidistante en la parte superior al centro de la distancia de los puntos inferiores de inmediato evocaremos un triángulo equilátero, si sumamos un cuarto punto (o más) en cualquier ubicación ya podremos evocar una forma o una figura sin que estén ahí realmente, pero a pesar de que dicha figura o forma no exista no podemos dejar de asociarlas a estos puntos, esa es una de las capacidades básicas de nuestro cerebro, la de simplificar el procesamiento de los datos, todo esto en pro de una de sus directivas principales, la de minimizar el gasto de energía. 

Todas las imágenes que vemos en los diversos medios están conformadas por puntos, en la TV, pantallas de smartphones, ordenadores, pantallas led gigantes, etc., no son más que la suma de cientos de miles de puntos de colores (pixeles o leds). En la fotografía y el celuloide (cine) funciona de la misma manera, se generan imágenes mediante la reacción química a la luz de millones de puntos de cristales metálicos.

Si ponemos una gran cantidad de puntos cercanos entre si dejaremos de verlos individualmente y comenzamos a distinguir formas (dependiendo de nuestra conformación cerebral), podemos componer imágenes complejas utilizando solo puntos como lo lograron los artistas del movimiento del puntillismo de finales del siglo XlX, uno de sus exponentes era Georges Seurat, en una expresión artística Chris Jordan, un artista contemporáneo tomó una de las obras más conocidas de Seurat y reemplazó los puntos de colores por miles de fotografías de latas de bebidas gaseosas usando el mismo principio conceptual, el resultado es muy parecido al original.

Si tomamos un punto y lo repetimos en el espacio este será interpretado como una línea, la línea es considerada como un punto en movimiento y dependiendo de su dirección y regularidad tendrá distintos impactos psicológicos, inclusive líneas simples pueden dar la sensación de objetos mucho más complejos de lo que en realidad representan.

Las líneas pueden ser consideradas como la base de todas las formas y figuras, estas líneas pueden combinarse de tal manera que permiten transmitir contenidos específicos dependiendo de la estructura, dirección y características con las que se dote a dicha combinación, por ejemplo, para generar dibujos caligráficos portadores del lenguaje, podemos combinarlas de cierta manea para generar mapas o bien, combinarlas en patrones más complejos para representar gráficas que comuniquen mensajes estadísticos.

Las líneas pueden ser rectas, curvas, diagonales, suaves o abruptas, una línea horizontal tiende a sentirse como un divisor de dos áreas de un cuadrado, por ejemplo, si la ubicamos hacia la parte superior y en ese espacio colocamos un elemento que transmita un mensaje, este espacio se sentirá confinado y encerrado, si movemos esa línea hacia abajo le damos mucho aire y el elemento que transmite el mensaje se verá menos presionado, con más libertad y comunicará mejor.

Las líneas verticales tienden a detener las miradas, debido a nuestra costumbre de leer de izquierda a derecha, esta lectura suele ser interrumpida por este tipo de líneas, por lo tanto se debe tener cuidado al usarlas.

Las líneas diagonales son muy interesantes para el ojo a pesar de que nuestro cerebro no tiene receptores para ellas, cuando vemos una diagonal a nivel neuronal lo que ocurre es que grupos de sensores de líneas verticales y de líneas horizontales están siendo estimulados de forma simultánea, de cualquier forma estas líneas demandan nuestra atención y el cerebro suele recorrer la imagen siguiéndolas además de que en muchas composiciones las líneas diagonales suelen dar la sensación de profundidad.

Las líneas curvas pueden suavizar el contenido de una imagen, hacerlas más orgánicas, más amables y amigables, si son delgadas se sienten delicadas y si son gruesas transmiten un mensaje de confianza, son las líneas mejor aceptadas por el cerebro por la confianza que inspiran.

Las figuras son formas sin profundidad que definen contornos de un objeto, distintos objetos y composiciones evocan distintas figuras básicas y tienen distintos efectos psicológicos, esto sumado a los colores pueden lograr evocar recuerdos y sentimientos en el espectador, cosa que podemos usar a nuestro favor durante la construcción de nuestros mensajes visuales.

Los cuadrados, rectángulos y paralelogramos denotan firmeza, estructura y orden, generan confianza y respeto en el espectador, no requieren de mucho procesamiento y si todo lo que las rodea es “lógico” pueden ayudar a la aceptación del mensaje que transmiten.

Los círculos son tremendamente fuertes dentro de una composición, si hay algo dentro de ellos atraen la atención de manera inmediata y nos fuerzan a mirarlos, suelen asignárseles connotaciones de eternidad y el tiempo, son contenedores naturales así como protectores de unidades.

Los triángulos en el diseño se consideran formas dinámicas y activas, los triángulos equiláteros transmiten serenidad, estabilidad y dinamismo y han sido utilizados en composiciones arquitectónicas y pictóricas, de entre las formas básicas, en el triángulo dependiendo de sus características se pueden transmitir mensajes o emociones distintas, inclusive negativas como la inestabilidad y tensión si se usa un triángulo invertido o de medidas distintas en sus lados.

De alguna manera podemos decir que los puntos, las líneas y las figuras son las bases de la comunicación visual.

Sergio Neri

 

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