Ansiedad y depresión, cómo superarlas

Aún sigue sorprendiéndome el echo de que quienes padecen estas condiciones sigan pensando que es algo que simplemente “les pasa”, que la vida les “jugó una mala pasada”, que no son responsables en absoluto de lo que viven y cómo lo viven, en casos crónicos derivados de diversas causas ajenas a la voluntad propia (físicas, psicológicas, entorno, accidentes, etc.) aún así es responsabilidad de cada uno hacer lo que debemos hacer para mejorar nuestra situación, el universo o aquello en lo que creen no es el responsable de sanarlos, es responsabilidad de cada uno de nosotros.

Por experiencia propia les digo que de esto no se puede salir adelante solo, de poco sirve entrar a grupos en redes sociales a preguntar a los demás qué debemos hacer para dejar de sentir lo que sentimos o qué fármaco recomiendan, lo primero que debes hacer es tomar las riendas de tu vida, buscar ayuda profesional y decidir de una vez por todas cambiar tus malos hábitos por otros buenos que ayuden a mejorar tu condición.

 

Ahora bien, buscar ayuda profesional tampoco es garantía de que superarás tus problemas, tampoco sirve de nada dejarle toda la responsabilidad al especialista, él no te “curará”, el especialista debe ser visto como una guía, como un coach que nos recomienda lo que debemos y no debemos hacer, cómo alguien que simplemente nos explique lo que pasa y por qué nos pasa, el trabajo rudo lo tendremos que hacer nosotros.

 

Existen distintos niveles de ansiedad y depresión, y es importante buscar ayuda profesional para saber qué tan serio es nuestro caso, de eso depende nuestra recuperación, es nuestra responsabilidad buscar esta ayuda y de nadie más, repito.

 

Cuando preguntas en grupos de Facebook sin supervisión alguna “¿qué debo hacer, me siento ansioso y deprimido” te encontrarás con respuestas como:

 

 

 

Seamos honestos, nada de eso funciona, estas recomendaciones regularmente vienen de personas que no entienden la situación de quienes padecen estas condiciones, no digo que no sean con el afán de ayudar, pero no ayudan y por el contrario, en ocasiones exacerban el problema.

 

Cuando alguien nos conteste algo así hay que agradecerlo porque estoy seguro que lo hacen con lo mejor de las intensiones, pero de buenas intenciones no obtenemos soluciones. Es respetable el modelo de creencias de cada persona, el ser humano por naturaleza necesita creer en algo y si ese algo te hace sentir bien es bueno, pero creer en algo sin hacer nuestra parte nunca podrá suplir la fuerza interior de hacer que las cosas sucedan.

¿Sientes ansiedad?, ¿te has preguntado por qué?, ¿has buscado ayuda profesional que te explique lo que pasa en tu cerebro y por ende en tu cuerpo?, ¿has buscado literatura seria (médica, científica o terapéutica) que hable del tema para averiguar por qué te pasa?, ¿sabes que la mayoría de los casos de ansiedad y depresión son consecuencia de decisiones propia como consumir azucares o grasas en exceso?, ¿cuando te sientes mal has tomado la decisión de cambiar tu vida en verdad?, seguramente no porque esperamos que alguien nos dé la solución cuando esa solución está a nuestro alcance.

En varias ocasiones he publicado en algunos grupos o foros sobre estas condiciones que si alguien quiere ayuda que solo lo diga, no voy a solucionarle la vida pero puedo decirle qué hice yo y les aseguro que no fue rezando únicamente (esa es solo una de las cientos de cosas que podemos hacer), pero la respuesta es 0 comentarios, todos quieren soluciones sin hacer nada y está bien, no es necesario que alguien conteste.

Pero así como yo, he visto a muchos ofrecer ayuda a los demás, algunos a cambio de algo y otros a cambio de nada (se vale también), pero veo que casi nadie está dispuesto a cambiar su situación y prefieren estar sumidos en su triste realidad.

De antemano pido una disculpa si ofendo a alguien con estas palabras pero un día yo necesité que me “hablaran fuerte” para salir de mi zona de confort y dejar atrás esos días de angustia, hoy agradezco a esa persona que me dijo mirándome a los ojos: -“Deja de quejarte y cambia tu vida, nadie más lo hará por ti, todo depende únicamente de ti y de nadie más”- y tenía razón, todo estaba en mis manos, yo mismo salí de la mediocridad mental en la que me sumí.

Espero en verdad que todos los que están aquí tengan la capacidad suficiente de identificar los consejos que en verdad funcionan de los que no, que aquello en lo que creen les dé la capacidad de identificar a las personas que en verdad quieren ayudarlos de los que no, y que sus ganas de ser felices sean más grandes que sus ganas de seguir sufriendo.

Espero y deseo que todos puedan superar esto que están viviendo.

Los veo del otro lado, donde es posible ser feliz y se puede vivir la vida con tranquilidad.